jueves, 13 de octubre de 2011

Libro por el Pastor Juan Domingo - Capitulo 11

"Orad sin cesar." I Tes. 5:17

Como cristiano, creo que la oración es una de las fuentes más grandes de gozo. David proclamó, "...En tu presencia hay plenitud de gozo;" ¡y él experimentó este gozo en verdad! La palabra que se traduce "oración" tiene el prefijo "pros" que infiere una plática "cara a cara", que nada separa a los dos que están conversando. ¿Qué piensa Dios de ti? ¿Qué es lo que disfruta El en nuestras vidas? ¿Cuáles son sus deseos para tu vida? La soledad molesta a mucha gente. Ellos pueden estar alrededor de muchas personas y todavía sentir que nadie se preocupa por ellos. Jesucristo quiere ser nuestro mejor amigo- alguien con quien puedes platicar de CUALQUIER cosa. 
 
Dios nos permite sentir soledad o sentirnos alejados de otros para poder acercarnos a Cristo. ¿Alguna vez has silenciado a tu corazón al grado que crees que el Señor quiere decir algo? El te hablará por su Palabra. El pondrá impresiones y pensamientos en tu corazón. El te dará una visión por el futuro. San Augustin dijo, "Pues tu deseo es tu oración; y tu deseo es sin cesar; asi tu oración será sin cesar." ¿Cuál es el deseo de tu corazón? Dios quiere sobre todas las cosas, que pases tiempo sentado a sus pies, asi como Maria lo hizo. El ingles Spurgeon comentó, "La oración jala el mecate abajo y la gran campana suena en los oidos de Dios. Unos apenas jalan tantito al mecate por sus oraciones indiferentes, otros jalan tantito de vez en cuando. Pero aquel que se comunica con El Cielo es aquel que agarra fuertemente al mecate y lo jala con toda su fuerza y sin parar." 
 
Mucha gente se desaniman en la oración. ¿Por qúe? Porque las cosas que pedimos muchas veces no salen como quisiéramos. Deseamos algo y no estamos abiertos a que Dios haga otra cosa. Esto me fue ilustrado en la Ciudad de México un día cuando iba rumbo al mercado a comer. Había una jauría de perros y dos comenzaron a pelear. Uno era el temido y feroz "pit bul". El agarró al otro perro por el cuello y lo hacía girar, sacudiendolo como un trapo. El dueño del otro perro vino corriendo y le dío una patada fuertísima al "pit bul" pero no le soltó. Después agarró un palo grueso y le pegó con todas sus fuerzas. El perro se tambaleaba pero no le soltó. Este hombre entonces hizo algo espantoso. Agarró un desarmador y perforó el ojo del perro, y lo levantó de encima del otro perro. El perro, ahora ciego en un ojo, corrió en circulos y entonces, aunque no lo creas, volvió a morder al otro perro. Al ver todo esto, me sentí mal, cuando el pensamento llegó, "No seas terco como este perro, te va a cegar." Híjole... ¡sentí gran convicción! Bueno... ¡he aprendido a ser más flexible en mis oraciones últimamente! 
 
Deja que el Señor quite lo terco de tu vida y corazón mientras ores. Deja que El te bendiga como El vea conveniente, contestando tus oraciones a su tiempo y utilizando tus fracasos como senda a la presencia del Todopoderoso. Insiste en oración, pero sé flexible en cuanto a la respuesta. ¡Sus caminos son más altos que nuestros caminos, más allá de nuestro entendimiento! 
 
Pastor Juan Domingo

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