viernes, 27 de enero de 2012

Escoge tu Rey


  Cuando le dijeron que querían tener un rey,  Samuel se disgustó.  Entonces se puso a orar al Señor,  Pero el Señor le dijo: “Considera seriamente todo lo que el pueblo te diga.  En realidad,  no te han rechazado a ti,  sino a mí,  pues no quieren que yo reine sobre ellos.        (1 Samuel 8:6-7)

El mundo busca un rey, piensan que si tienen el rey adecuado, que el podrá cambiar todo para el beneficio de la humanidad. Tristemente esto no es la realidad.
Dios ya nos dijo la realidad de tener un humano como líder.
Así que hazles caso,  pero adviérteles claramente del poder que el rey va a ejercer sobre ellos." Samuel comunicó entonces el mensaje del Señor a la gente que le
estaba pidiendo un rey. Les explicó: 
 Esto es lo que hará el rey que va a ejercer el poder sobre ustedes:  Les quitará a sus hijos para que se hagan cargo de los carros militares y de la caballería,  y para que le abran paso al carro real. Los hará comandantes y capitanes, y los pondrá a labrar y a cosechar,  y a fabricar armamentos y pertrechos. También les quitará a sus hijas para emplearlas como perfumistas,  cocineras y panaderas. Se apoderará de sus mejores campos,  viñedos y olivares,  y se los dará a sus ministros, y a ustedes les exigirá una décima parte de sus cosechas y vendimias para entregársela a sus funcionarios y ministros. Además,  les quitará sus criados y criadas,  y sus mejores bueyes y asnos,
de manera que trabajen para él. 
(1 Samuel 8:9-16)

La esperanza solo está en Cristo. Debemos de obedecer y respetar nuestros gobiernos pero jamás debemos poner toda nuestra confianza en ellos.

Así dice el Señor:
"¡Maldito el *hombre que confía en el hombre!  ¡Maldito el que se apoya en su propia fuerza
 y aparta su corazón del Señor!  (Jeremías 17:5)

Hermano, no busques un reino aquí en la tierra, mejor fija tus ojos en el reino de arriba y sigue el ejemplo de Abraham que busco un reino en el cielo.

 Por la fe se radicó como extranjero en la tierra prometida,  y habitó en tiendas de campaña con Isaac y Jacob,  herederos también de la misma promesa,
porque esperaba la ciudad de cimientos sólidos,  de la cual Dios es arquitecto y constructor.  (Hebreos 11:9-10)

Pastor Hassan Villegas
Horizonte Ensenada

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