martes, 12 de junio de 2012

Prosperidad: ¿Provisión divina o idolatría?

Hay muchas predicaciones que predican un evangelio totalmente falso que dice, “Dios quiere que sean extremadamente rico y si no eres Carlos Slim es por tu falta de fe”. Pero también hay una reacción demasiada brusca que dice, “si quieres ser espiritual tienes que ser pobre.” Unos ven las vidas de personas como Abraham y dicen que es espiritual tener abundancia, otros ven la vida de Pablo y dicen que es espiritual ser pobre.

¿Entonces qué hacemos con nuestras vidas económicas?
Primeramente, reconocer que Dios es el dueño de todo y que nuestra meta nunca debe de ser nuestro reino, comodidad, o bienestar sino su gloria, su misión, y su obra. La pregunta nunca es cuanto me puedo quedar, sino cuanto puedo usar para su gloria.

Entonces aquí les van unas preguntas que se pueden hacer antes de tomar una decisión económica.

    •    ¿Cómo glorifica a Dios esta compra?

Todo es de el por él y para él y si compramos algo que es imposible usar para el estamos yendo en contra del orden universal.

    •    ¿Estoy disfrutando y adorando a Dios dentro de los medios que me ha dado?

Hay personas que piensan que la única forma de glorificar a Dios es que la cosa tenga alguna causa religiosa, por ejemplo, si compro una biblia eso glorifica a Dios pero si compro una Coca eso no le glorifica. Otra forma de glorificar a Dios es disfrutando los regalos de la vida que El nos da. Entonces (siempre y cuando no sea por codicia o mas allá de lo que puedes comprar con los recursos que tienes) cosas como comida, entretenimiento, o pasatiempos no son malos si se hacen en agradecimiento y adoración.

    •    ¿Esto a la larga producirá más recursos para la obra de Dios y mi familia?

Hay veces que la biblia dice vende todo y dalo a los pobres, y hay veces que la biblia dice que el hombre sabio deja herencia a los hijos de  sus hijos, hay veces que Dios dice no lleves dinero sino confía en mí, y hay veces que dice lleva dinero y úsalo para mi gloria. Como un hombre necesitas ser generosos con todos pero principalmente con tu familia.

El problema no es cuanto tienes en el banco, el problema es cuanta codicia hay en tu corazón. Este es el problema, Dios quiere que seas generoso, y no solo con el 10% Imagínate si Cristo hubiese dado solo el 10%. Dios lo dio todo para nosotros vivamos no para nosotros mismos sino para su gloria y el bien ajeno.

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